El antiguo mundo árabe es, probablemente, uno de los más desconocidos en occidente. Durante siglos dominaron las ciencias y las artes, lo que llevo a sus imperios a ser los más grandes y poseer un grado de sofisticación nunca alcanzado en su mismo tiempo por los pueblos europeos.

 

Tradiciones ancestrales como el masaje se pasaron de generación en generación, sobreviviendo hasta nuestros días los placeres y tratamientos que en otros tiempos sólo estaban reservados a los hombres más poderosos e importantes: los sultanes.

 

El masaje árabe es un masaje de naturaleza  ecléctica, que dada la prevalencia del intercambio cultural de siglos de aquellos pueblos, permitió nutrir los conocimientos a este respecto, resultando una serie de terapias de masaje que ayudan a alcanzar el bienestar general.